Vivimos en un mundo gordofóbico. Lee aquí para ver cómo te puede estar afectando a ti y cómo puedes ser parte del cambio.
No es coincidencia que todos queramos ser flacos. Vivimos inmersos en una cultura que nos dice que allí está el éxito. Desde pequeños, las muñecas con las que jugamos son flacas, las princesas que vemos en la televisión también lo son, en los anuncios y en cualquier rincón donde miremos. Las artistas famosas son flacas, y es más reciente que algunas tengan curvas como nosotras. Pero igual, creemos que, porque no podemos vernos como América Ferrera en la alfombra roja, nuestros cuerpos ahora son inadecuados. Vivimos pensando en la talla ideal a la que no llegamos. Guardamos la ropa que nos quedará cuando estemos de cierto tamaño. A pesar de todo lo que te dicen los medios, tus familiares, y el mundo que te rodea. Los cuerpos vienen en distintas formas y tamanos, y la salud tiene que ver con muchos factores aparte del peso. Pero los sistemas que han estandarizado la salud se han enfocado en el IMC (indice de masa corporal) y el peso ideal como el indicador principal sencillamente por que es lo mas facil de medir.
Aunque nadie lo dice, el amor, la aceptación, la felicidad vienen en envases delgados. Es más, le dan premios a actores que se "atreven" a verse gordos en las películas. Aparte de esto, comprobamos que es verdad: las personas ricas, famosas y exitosas vienen en un solo tamaño.
Definamos la gordofobia. La gordofobia es un sistema de pensamientos que cree que los cuerpos gordos son malos y los cuerpos delgados son buenos. Asume que los cuerpos gordos son poco disciplinados, haraganes o golosos, que comen comida chatarra. Esta es una creencia, y no es cierto. Recuerda que :
Hay cuerpos gordos sanos y cuerpos delgados muy enfermos. De hecho, perder peso rápidamente, en general, es señal de mala salud.
El doctor Carlos Jaramillo habla sobre casos difíciles que él ha tratado de personas delgadas, porque su "enfermedad metabólica" no está a la vista. También habla sobre personas con sobrepeso que están perfectamente sanas; simplemente, vienen en otro tamaño.
Mi historia
La insatisfacción con mi cuerpo es algo con lo que he batallado por años. Desde muy pequeña, mi hermana me recordaba lo inadecuado de mi cuerpo, lo risible de tener panza (panza que siempre he tenido). Luego recuerdo todo lo que hice por conseguir esa delgadez... comer/no comer, pastillas, ejercicio, purgantes. Cuántas cosas hacemos en la pelea por que nuestro cuerpo sea algo que no es. Y luego te preguntas: ¿A tu marido le importa? El mío jamás ha comentado sobre mi peso. ¿A tus hijos les importa? No, a tus hijos siempre les has encantado como eres y les gustaría pasar más tiempo contigo. Entonces, ¿qué haces peleando por ser algo que tu cuerpo ahora no es? Y lo peor es que, como la lucha es interna y dura por años, no importa que tengas un cuerpo perfecto, delgado o musculoso, porque siempre tienes en mente alguna otra meta para tu cuerpo. He trabajado mucho en mi autoimagen, y aunque me salta el miedo de pararme en una pesa o ponerme un traje de baño, me enfoco en todo lo que he ganado en salud y no en lo que mi peso y medidas dicen de mí. Pero lamento los años para los que no tengo una foto mía porque no soportaba verme "gorda", los sitios a los que nunca fui por no querer verme en traje de baño. Anos de mama reciente con su bebé que no regresaran, para los cuales no tengo fotos.
No estoy sola. En 2019 se hizo una encuesta a 300 mujeres latinoamericanas, y más del 70% de las encuestadas han recibido comentarios ofensivos o hirientes sobre el tamaño de su cuerpo alguna vez. Y si te preguntas qué tiene que ver el peso con sentirte bella, la verdad es que muy poco. El 88% de las mujeres que se sienten bellas y satisfechas con su cuerpo son amadas por su pareja, así que invierte más en el amor y menos en la cirugía.
¿Que puedes hacer?
Animémonos a examinar y desafiar nuestros propios prejuicios internos. Miremos hacia adentro y veamos nuestras propias creencias sobre el peso y la salud. Es el primer paso que podemos dar para romper este sistema que tanto daño nos hace. Es el paso más difícil porque no queremos asumir que, con nuestras conductas y creencias, dañamos a los demás.
En una hoja, escribe en el centro "Gordo/a". Alrededor, escribe o dibuja lo que asocias con esta palabra. Esto te ayudará a darte cuenta de todo lo negativo que asocias con la gordura. Agrega una lista de las cosas que te has privado de hacer por la pobre relación que tienes con tu cuerpo.
Y si aprendes una cosa al leer este blog, espero que sea esta:
Evita comentar sobre el peso de otra persona. Si no te pregunta, no comentes. Aunque lo consideres un 'elogio', comentar sobre el cuerpo de alguien más, que no te está pidiendo tu opinión, es una transgresión y solo aumenta la presión que todos sentimos por ser como no somos. A veces crees que haces bien al comentar 'qué bien te ves' o 'bajaste de peso', pero aunque tu intención sea buena, para muchas personas solo refuerza la idea de que, para ser aceptadas, necesitan pesar menos. Así que esfuérzate por no comentar sobre el peso de nadie; será un regalo para todas y un paso importante para contrarrestar la gordofobia sistematizada en la que vivimos.
Esperantza busca que te ames y respetes tu camino de autoconocimiento y autocompasión, pero es necesario escribir sobre temas que normalmente no se hablan para hacerte reflexionar.
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